Aceptar que se hace mayor, suele ser un proceso difícil, no solamente para ella, también para nosotras.

Ya nuestra madre no es quién nos protege y nos guía, sino que somos nosotras quienes tenemos que coger el relevo y ser quienes las cuidamos y la protegemos. 

Aceptar cuidados no es fácil cuando tienes que cambiar el rol de ser la cuidadora a ser cuidada. Y eso suele generar, unido a la degeneración y la frustración de aceptar unas capacidades más limitadas, muchos roces familiares.

Es por eso que en este proceso en el que necesitan cuidados debemos aceptar coger un relevo de supervisora en lugar de cuidadora, para no restar a la relación madre-hija.

Comenzar con un proceso sencillo es fundamental. Puedes comenzar por la visita del servicio de limpieza y cocina.

Con este servicio te aseguras que su dieta es equilibrada, que come adecuadamente y que la persona destinada a su cuidado, identificará anomalías que no son detectables a las familias, sino a profesiones específicas.

De esta manera evitas posibles accidentes por descuido en el hogar. Y más adelante ir añadiendo servicios según ella vaya necesitándolos.

El número de servicios que puedes contratar varía muchísimo y siempre es mejor un asesoramiento personalizado antes de dar el primer paso.

Si quieres que nuestro equipo de evaluación te asesore sobre tu caso específico, sólo tienes que rellenarnos tus datos y nos pondremos en contacto contigo para evaluar si realmente es necesario. 

Cuídate para cuidar

[contact-form-7 id="369" title="Cuidate para cuidar"]